miércoles, 9 de septiembre de 2015

EL VIRUS DE LA MINORÍA

Por Ernst Jünger


Vamos a contentarnos con la sospecha de que en una ciudad de diez mil habitantes hay cien personas que están decididas a demoler la violencia. En una ciudad de un millón de habitantes viven diez mil "emboscados", esto representa un poder enorme. Basta para derribar incluso a tiranos muy poderosos, en tal situación resultará inquietante la disposición a la lucha de minorías minúsculas, sobre todo si han desarrollado una táctica.

De un hombre que vota "no" en unas, así llamadas "elecciones en favor de la paz" cabrá aguardar que ofrezca oposición en cualesquiera circunstancias y de modo especial cuando pasan apuros los dueños de la violencia. En cambio, no existe en absoluto la misma seguridad de que se mantenga el aplauso de los otros noventa y nueve si las cosas empiezan a tambalearse. En tales circunstancias la minoría se asemeja a un virus que causa un efecto enorme, imposible de calcular, y que impregna la totalidad del Estado.

De su libro La Emboscadura
Extraído de: Bandera Negra

martes, 8 de septiembre de 2015

LA TRAICIÓN SEPARATISTA DE CATALUÑA

Por Ángel Romero

EL PRESENTE

Uno de los temas de más actualidad informativa y política–quizás de demasiada- es, como todo lector podrá comprobar en cualquier informativo, periódico o radio, el “problema” de Cataluña. Agravado por la convocatoria plebiscitaria del 27 de septiembre por parte de Artur Mas, el mencionado problema -que en un Estado fuerte y serio no sería tal- seplantea a grandes rasgos de la siguiente forma.

Por un lado toda una serie de políticos burgueses reclaman más concesiones de competencias político-administrativas a Cataluña, bajo pretextos socio-económicos, a modo de piezas que edifiquen la estructura de un proceso separatista conocido y notorio. Por otro lado, y de forma más traidora, incompetente y caduca si cabe, toda una clase política demo-liberal dice oponerse al proceso separatista, siempre mediante “argumentos” leguleyos y constitucionales sin trascendencia, fondo ni forma. Estos últimos, que dicen estar a favor de la unidad nacional, sin embargo no sólo toleran al separatismo de forma pública y vergonzante, sino que lo impulsan manteniendo marcos legales que llevan cuarenta años beneficiándolo. Como no puede ser de otra forma, hace mucho que consideramos en la misma trinchera –la de nuestros enemigos- a ambas caras del problema territorial que amenaza a nuestra Patria.

Detrás de toda esta amalgama –de uno y otro lado del “problema”- de profesionales de la mentira, la manipulación, los sobresueldos y la cleptomanía, nos encontramos con una monarquía, una constitución y un ejército incompetentes y traidores a la Patria. Teniendo una posición válida para atajar problemas de esta índole de forma directa y eficaz, han demostrado su incapacidad para ello, cayendo, por negligencia y dejación de funciones, en la más absoluta e infame de las traiciones. Para más leña al fuego, a este conjunto de fusilables fuerzas operantes se unen los medios de comunicación. Estos medios, que bien podrían llamarse de desinformación o de manipulación, son, en este lamentable y triste espectáculo, los encargados de disfrazar de ejercicios democráticos las más irritantes traiciones a la Patria. De este modo, al inadmisible hecho de usar la mentira histórica y la política burguesa para disgregar parte de una nación, se le denomina “proceso soberanista” o “independentismo”. La secesión como fenómeno político normalizado e institucionalizado ha terminado porconsolidarse, pero los mencionados burgueses y cobardes (valga la redundancia) no constituyen fuerzas políticas “independentistas” ni “soberanistas”, sino separatistas. Nosotros, a diferencia de los borregos y los juntaletras, llamamos a las cosas por su nombre. Ninguno de los separatistas y sus cómplices tienen derecho a definirse en tales términos, ya que Cataluña –al igual que Vascongadas, Navarra o cualquier otra región- no es ninguna colonia española, sino parte inseparable de la misma. Y de ello pasamos a hablar en el plano histórico.

EL PASADO
Todos los once de septiembre tiene lugar en Barcelona  -haciéndolo los separatistas extensivo a toda Cataluña- la celebración de la Diada, o lo que para el separatismo catalán constituye su “día nacional”, término como mínimo ridículo e irrisorio. El once de septiembre se conmemora el aniversario de los hechos ocurridos en 1714, cuando las tropas borbónicas de Felipe de Anjou -Felipe V en España desde 1713 y primer Borbón en nuestro país- reducen por la fuerza la ciudad de Barcelona como capital de los Condados Catalanes, parte integrante de la Corona de Aragón. Este importante hecho histórico se produce como final definitivo de la Guerra de Sucesión.

Esta contienda se desata en 1701 cuando Carlos II, último rey de la dinastía de los Austrias en España, muere sin descendencia. Para ocupar el trono español se presentaron dos candidatos, Felipe de Anjou por parte de los Borbones y el Archiduque Carlos por parte de los Habsburgo. Mientras que el reino de Castilla, debido a la aristocracia, se decanta por el primero, la Corona de Aragón (de la cual, recordamos, formaban parte los Condados Catalanes) se pone al lado del segundo, más cercano consanguíneamente a Carlos II. Se desata de este modo un conflicto civil que duraría trece años, hasta que en 1714 se produce la rendición de Barcelona por parte, como decíamos, de las tropas borbónicas. La razón de este hecho la encontramos en que Rafael Casanova, Conseller del Capde los Condados Catalanes en 1714, luchaba como comandante junto al resto de la corona aragonesa por el Archiduque Carlos, por la continuación del reinado de los Habsburgo en España y por consiguiente por la Monarquía Hispánica, tradicional e imperial, que aún quedaba –aunque de bache en bache- en pie. Durante toda la Historia de España, antes, durante y después de este hecho histórico, podemos comprobar de qué forma Cataluña –al igual que Vascongadas y Navarra- ha sido vanguardia de la Hispanidad, tanto como protagonistas de la misión creadora de los pueblos hispánicos en todo el mundo, como en la defensa de España frente a las agresiones extranjeras. En este caso, luchando por la dinastía Habsburgo cercana a los Austrias, contra la dinastía borbónica francesa.

Explicado esto, nos encontramos con la paradoja de que todos los once de septiembre, día de la Diada que conmemora la rendición de la ciudad condal, el separatismo homenajea a Rafael Casanova como “defensor de la nación catalana frente a España”. No sólo ignorando la Historia, sino manipulándola al antojo de sus intereses burgueses y su perfidia, hacen de un héroe español que luchó por España y el Rey contra tropas francesas, un mártir de sus delirios disgregadores de la Patria. De la misma forma, hacen de una lucha patriótica contra una dinastía extranjera, una inexistente lucha catalana contra España. Por si todo esto pudiera parecer poco al lector para comprender lo que se expone, he aquí las últimas declaraciones –bajo las mismas traducidas al español- de Rafael Casanova el once de septiembre de 1714, extraídas del pregón al pueblo de Barcelona, como exhortación final a su defensa:

"Que han executat las últimas exhortacions y esforsos, protestant de tots los mals, ruinas y desolacions que sobrevinguen a nostra comuna y afligida Patria, y extermini de tots los honors y privilegis, quedantesclaus ab los demèsenganyatsespanyols y tots en esclavitud del domini francés.

Pero comtot se confía, que totscomverdadersfills de la patria, amants de la llibertat, acudirán alsllochssenyalats, a fi de derramar gloriosamentsasanch y vida, per son Rey, son honor, per la Patria y per la llibertat de tota Espanya."
*  *  *
“Que han realizado los últimos exhortos y esfuerzos, protestando por todos los males, ruinas y desolaciones que sobrevengan a nuestra común y afligida Patria y por el exterminio de todos los honores y privilegios  quedando esclavos con los demás engañados españoles, y todos en esclavitud del dominio francés.

Pero hay que confiar en que todos, como verdaderos hijos de la patria amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados a fin de con honor, derramar gloriosamente su sangre por su Rey, su honor, por la Patria y por la libertad de toda España.”

EL FUTURO

Desenmascarada la realidad de la manipulación separatista, entendemos que la sociedad española, y especialmente la juventud, sólo tiene dos posibilidades de acción ante los traidores:
A)     Apostar por la secesión y el suicidio gratuito de España, para beneficio de intereses burgueses  y disgregadores, o bien la tolerancia y complicidad con el separatismo propias de la política demoliberal, entendiendo como un hecho fáctico que ambas posturas equivalen a lo mismo.
B)     Apostar por la unidad de la Patria como garantía indispensable de la existencia histórica española, conscientes de que sólo la unidad del pueblo y la nación -y sólo esta- conseguirá que España, hambrienta de pan y justicia, consiga hacer su revolución pendiente.

¿QUÉ HACER?

Desde este semanario estamos convencidos de formar parte de lo segundo, ya que sólo con un empuje unitario, integrador, entusiasta e intransigente con la traición, pueden lograrse para España las soluciones que la situación actual exige. Decía Ramiro Ledesma que “la ausencia de las cosas es la mejor justificación para su conquista”. La ausencia de unidad nacional y popular es un hecho, y la juventud, con lucha y entusiasmo debe conseguirla para hacer la revolución que España lleva años necesitando. Porque la Patria no se niega. ¡Se conquista!

Escrito originalmente para Semanario Utopía número 3

lunes, 7 de septiembre de 2015

LOS CAPATACES SOLIDARIOS

Por Juan Manuel de Prada


Ya nos advertía Léon Bloy que «la mala conciencia suele agitar los aspavientos más sensibleros». Ha bastado que se publicase la foto del niño ahogado, Aylan Kurdi, para que los capataces de las colonias democráticas de la Unión Europea se hayan puesto a lloriquear como plañideras. Son los mismos que han permitido, auspiciado y promovido una guerra en Siria que ha acabado con la vida de miles de niños como Aylan: una matanza que estos capataces, como obedientes lacayos de los Estados Unidos, nunca han deplorado, porque había que «llevar la democracia» a Siria, para convertirla en otra colonia sobre la que campease la bandera de los derechos humanos y demás bonitas entelequias con que el Nuevo Orden Mundial disfraza su hambre de Dinero. Ahora, después de haber financiado y armado a los yihadistas llegados a Siria desde los más variopintos lugares (incluidas, por cierto, las colonias democráticas de la Unión Europa, prolífico vivero de fanáticos mahometanos), nuestros capataces, tras lloriquear ante la foto de Aylan Kurdi, se han mostrado dispuestos a acoger la avalancha de refugiados sirios que invade Europa. Con razón estos capataces solidarios no dejan que se publiquen fotos de los niños triturados en los abortorios. ¡Si mañana se llegase a publicar alguna empezarían también a lloriquear, y habría que dejar que esos niños naciesen!

Este aspaviento solidario de los capataces de las colonias democráticas de la Unión Europea nos recuerda aquella socarronería malvada del ciego del Lazarillo, que después de descalabrar al protagonista con una jarra de vino se burlaba de él, mientras le curaba con vino las heridas, diciéndole: «¿Qué te parece, Lázaro? El mismo vino que te enfermó te cura y da salud». Creer que el causante de una calamidad pueda darle luego solución es locura; y mucho más si el causante no ha abominado de sus errores. En el caso de los capataces de las colonias democráticas de la Unión Europea el peligro es aún mayor, pues todos sabemos que son gentes ineptas, flojas y serviles que, puestas a ser solidarias, pueden llegar a provocar las tragedias más desgarradoras, mientras lloriquean ante la foto de Aylan Kurdi. Más les valdría escuchar las palabras de otro niño sirio, Kinan Masalemehi, que en la frontera de Serbia con Hungría exhortaba a los capataces: «Nosotros no queremos ir a Europa. Simplemente queremos que paréis la guerra».

Pero, para parar la guerra, los capataces solidarios tendrían que retractarse de su error; y, a continuación, enviar tropas a Siria, para combatir a los fanáticos a los que antes han financiado y armado. Y ya se sabe que es propio de capataces «sostenella y no enmendalla»; mucho más resultón resulta posar de solidarios ante la galería, abriendo las fronteras a la avalancha humana que ellos mismos han causado. Por supuesto, nuestros solidarios capataces saben bien que esa avalancha humana no podrá sobrellevar una vida mínimamente digna en las colonias democráticas de la Unión Europea (y también saben, por cierto, que en esa avalancha humana pueden ir mezcladas gentes de todos los pelajes, incluidos islamistas de la peor calaña); pero nuestros capataces solidarios saben que gobiernan sobre masas cretinizadas que actúan como el perrito de Paulov, dejándose «conmover» por una foto del niño Aylan Kurdi, o por la imagen de los refugiados a los que se les abren las fronteras. Que luego esos refugiados estén condenados a la mendicidad y a la delincuencia, o que estas migraciones masivas contribuyan a la expansión de la religión mahometana les importa un bledo, como les importa un bledo el futuro de las masas cretinizadas a las que gobiernan. Lo importante es salir en la foto y esconder la mala conciencia con aspavientos sensibleros.

Extraído de: ABC

miércoles, 2 de septiembre de 2015

ENTREVISTA A ALAIN DE BENOIST SOBRE EL FRENTE NACIONAL


por Nicolas Gauthier  Si creemos en un reciente sondeo de Cevipof (Centro de Investigación Política de Sciences Po), publicado por Le Figaro, uno de cada dos miembros del Frente Nacional (en adelante FN) quisiera “establecer la justicia social cogiéndoles a los ricos para darles a los pobres” y estaría en favor de una “reforma en profundidad” del sistema capitalista. ¿Revolución?

Alain de Benoist – Los electores del FN, de los cuales muchos provienen de clases populares, no están totalmente ciegos. Como muchos franceses, constatan que las desigualdades económicas no dejan de crecer tanto entre los países, como dentro de los mismos, lo que demuestra que no tienen nada que ver con las capacidades o los méritos.
La riqueza acumulada del 1% de los habitantes más ricos del planeta está hoy a punto de superar la poseída por el 99% restante. En los países desarrollados, los salarios no han cesado de estancarse o de disminuir desde hace un cuarto de siglo, obligando a los asalariados a endeudarse cada vez más para conservar su nivel de vida, con los resultados que sabemos. En los Estados Unidos, donde la desigualdad económica ha alcanzado su nivel más alto desde los años 30, la suma de bonos concedidos en Wall Street en 2014 representó ella sola el doble del total de los ingresos de todos los asalariados norteamericanos que trabajan a tiempo completo con salario mínimo. En Francia, solo la Société Générale distribuyó el año pasado 467 millones de euros en bonos a sus asalariados, o sea, en promedio una prima equivalente a lo que gana en diez años un asalariado sujeto al Smic (Salario Mínimo Interprofesional). Hasta hace poco, al Presidente-Director General de Électricité de France, Jean-Bernard Lévy, ya remunerado con 450.000 euros por año, le fue otorgado un paracaídas dorado de al menos 200.000 euros, mientras que el ex jefe de Peugeot-Citroën, Philippe Varin, se beneficiaba de una jubilación de 299.000 euros por año.
¿Más cifras? La cantidad de productos derivados (instrumento financiero) intercambiados por mutuo acuerdo, es decir, sin pasar por las bolsas, alcanzó en 2014 la cifra astronómica de 652.000 millones de euros, o sea, diez veces el PIB mundial, cuando se trata esencialmente de productos especulativos. En cuanto al mercado negro mundial, según el Tribunal de Cuentas estadounidense, éste maneja no menos de 10.000 millones de dólares por año.
Simpatizantes o no del FN, los franceses ven sucederse los escándalos financieros. Observan que la evasión fiscal representa en Francia un déficit estimado entre 60 y 80 mil millones de euros por año, es decir, el equivalente del impuesto sobre la renta, y que una cuarta parte de los negocios internacionales de los grandes bancos franceses se realiza en paraísos fiscales. Ven que la deuda pública de Francia ha alcanzado el 100% del PIB, que la austeridad liberal sacrifica poblaciones enteras a base del rigor monetario, que el desempleo en la zona euro ha pasado de un 7,3% antes de la crisis a un 11% en 2012 (ocho millones de parados más), que pronto solo habrá contrataciones a través de contratos por tiempo definido, y que la “flexibilidad” socava los requisitos mínimos de seguridad económica y social de las personas. Ello provoca que haya cada vez menos y menos ilusiones en un sistema que socializa las perdidas y privatiza las ganancias, lo cual no es realmente sorprendente.

NG – Eso no impide que el programa de “patriotismo económico” del FN sea regularmente denunciado como “irrealista” o incluso como “izquierdista”. El propio Jean-Marie Le Pen —¡quien, es cierto, no parece del todo decidido a tomar su jubilación!—- ha declarado en su famosa entrevista en Rivarol que “es ridículo solicitar la jubilación a los 60 años”…

AdB – Jean-Marie Le Pen, quien se presentaba hace mucho tiempo como el “Reagan francés”, aparentemente leyó mal el programa de su partido. Salvo error de mi parte, el FN no defiende la “jubilación a los 60 años”, pero sí la posibilidad de beneficiarse a esta edad de una pensión de jubilación siempre que se haya cotizado durante 40 años, lo cual no es lo mismo (porque solo una minoría de los asalariados de 60 años satisface esta condición).

Por mi parte, si yo tuviera algo qué reprochar al programa económico del FN, sería más bien que se queda con demasiada frecuencia en un keynesianismo que, al igual que el liberalismo, no permite salirse de las categorías de la economía neoclásica. Les queda a sus diseñadores por comprender la naturaleza exacta de la Forma-Capital, el fetichismo de la mercancía y la huida hacia delante en lo ilimitado de la sobreacumulación, la mercancía como objetivación del valor y como elemento estructural de las relaciones sociales, el potencial de la autocontradicción interna (entre el valor de uso y el valor de cambio, el trabajo abstracto y el trabajo concreto, el trabajo privado y el trabajo social) que contiene el desarrollo capitalista en general, y otras cosas más.

NG – Entre los que quieren redistribuirlo todo —incluso dar a los que no hacen nada— y los otros que no quieren compartir nada, ¿no habría posibilidad de trazar una vía intermedia?

AdB – La alternativa no es del orden de más o de menos. Es más bien entre aquellos que creen posible reformar el sistema capitalista y los que no lo creen. Ahora bien, el hecho esencial es que el proceso de valorización del capital no tiene su base en una ley natural. Más bien es porque hay un límite interno en la valorización real porque entramos desde hace una veintena de años en una economía de burbuja financiera. Con la tercera revolución industrial, la cual sucede a una fase fordista y keynnesiana caracterizada por una subida del sobrevalor relativo que permitía un cierto nivel de protección social, los beneficios de la productividad tienden a hacer innecesaria una cantidad cada vez más grande de trabajo vivo, lo que socava las bases de índice medio de beneficios de la economía liberal. La contradicción entre el sistema crediticio y la producción real de sobrevalor hace que el sistema capitalista esté hoy amenazado por una desvalorización generalizada del valor, tanto si se trata de la fuerza de trabajo, del capital productivo, del capital-mercancía, del capital-crédito o del propio dinero. Los Estados contribuyen también a ello cuando ponen en marcha la emisión de billetes, anunciando así una nueva burbuja financiera que será devastadora.
(Traducción de Fabián Villeda Corona)
© Boulevard Voltaire

Fuente: El Manifiesto

Fuente original: Boulevard Voltaire.