sábado, 30 de mayo de 2015

RAMIRO LEDESMA RAMOS, UN INCONFORMISTA REVOLUCIONARIO



Ramiro nació en Alfaraz (Zamora), el 23 de mayo de 1905, donde su padre era maestro nacional; trasladándose cinco años después a Torrefrades, pueblo al que fue destinado su padre; a los catorce años de edad se fue a Madrid para opositar y obtener una plaza en Correos y Comunicaciones.

Desde los primeros momentos siente una gran inquietud por los problemas sociales y se preocupa vivamente por la situación política española, acompaña estas inquietudes políticas con el desempeño de su cargo de funcionario y con los estudios, Iicenciándose en Ciencias, Filosofía y Letras, así como cultivando sus aficiones literarias; colabora en varias revistas: «Revista de Occidente», «Gaceta Literaria», «La Esfera», etc., y en la Prensa diaria. En el año 1923 escribe su primera novela, «EL SELLO DE LA MUERTE».

Sus conocimientos políticos le hacen ser admirador del «DUCE» y le lleva también a realizar un viaje por Alemania, donde estudia los dos movimientos revolucionarios germanos, el nacionalsocialismo de Hitler y el social comunista de Thaelman.

Su sólida formación política e intelectual le conducen a la conclusión de que sólo un régimen nuevo puede solucionar los incontables problemas que presenta nuestra Patria, y con esta firme convicción se decide a tomar parte activa en la política española, publica un libro que como su título indica, se ocupa de estas nuevas ideas: «FASCISMO EN ESPAÑA» (1).

Puede considerarse como su primera manifestación política pública la que tuvo lugar en el mes de febrero de 1931, en el célebre café madrileño «POMBO», de gran abolengo literario (el ya desaparecido café estaba situado en la calle de Carretas, esquina al callejón de San Ricardo, y en él tenían lugar las conocidísimas tertulias literarias de Víctor de la Serna); en él se celebraba un banquete-homenaje a Ernesto Giménez Caballero. En los brindis, Antonio Espina, pintor surrealista, poniendo une pistola de madera sobre la mesa, hizo un esforzado, aunque cómico, comentario al suicidio de Larra, para lamentarse a continuación de que un representante del fascismo italiano estuviese en una reunión de jóvenes españoles, y se refería a que en la presidencia con el homenajeado se encontraba el renovador del teatro italiano Bagaglia. Entre los que protestaron la intervención de Espina se encontraba un joven de aspecto rudo que daba grandes vivas a Italia y España, y esgrimiendo una auténtica pistola anunció la recuperación de la Patria, con razones y armas auténticas, la preparada intervención del pintor quedó borrada con la de aquel joven que se llamaba Ramiro Ledesma Ramos y que terminó su intervención brazo en alto y con el grito de iArriba los Valores Hispanos! Esta actuación de Ramiro nos demuestra el concepto radical y revolucionario de su política.

Como consecuencia de esta manifestación pública se reúnen alrededor de Ramiro una serie de jóvenes partidarios de las nuevas corrientes políticas de Europa, principalmente de Italia y Alemania, que le animan a formar una organización política que defienda en España las mencionadas ideas.

Esto le conduce a fundar «La Conquista del Estado»; para ello celebra, primero una reunión de miembros fundadores, a la que asisten nueve miembros y el representante de la Autoridad.

En la misma se bosqueja lo que ha de ser la nueva Organización y los procedimientos que se emplearán para la conquista del Estado (lo que deja verdaderamente maravillado al representante de la autoridad al oír a aquellos nueve jóvenes hablar de marcha sobre Madrid, grupos de propaganda, acción, etc.).

Después de celebrada la citada reunión pública, un manifiesto que lo firma Ramiro como Presidente; Juan Aparicio López como Secretario, y como Vocales, Ernesto Giménez Caballero, Ricardo de Jaspe Santoma, Manuel Souto Villas, Antonio Bermúdez Cañete, Francisco Mateos González, Alejandro Raimúndez, Ramón Iglesias Parga, Antonio Riaño Lanzarote y Roberto Escribano Ortega, que titula asimismo «La Conquista del Estado»; en el se habla de «supremacía del Estado», «Afirmación Nacional», «Exaltación Universitaria», «Articulación Comarcal de España», «Estructura Sindical de la Economía», etc., que lo resumen en 17 puntos dogmáticos.

Una vez celebrada la reunión fundacional, cubiertos los trámites legales y la publicación del ya citado manifiesto, queda la organización constituida de hecho y de derecho. Recibe numerosas adhesiones, tanto personales como por escrito, entre ellas la de Matías Montero y Rodríguez de Trujillo, quien por carta solicita folletos aclaratorios de la organización (una triste coincidencia histórica; la carta de Matías Montero está fechada en 9 de febrero de 1931, en la misma fecha exactamente que tres años más tarde sería inmolado por el marxismo internacional).

Ya en marcha la organización, Ramiro trabajó intensamente sobre ella, acudiendo a tertulias literarias, editando pasquines, que son principalmente repartidos en los centros docentes y atendiendo a la correspondencia que le llega de provincias, tanto para aclarar las consultas de que es objeto como por el valor que le da a la prensa en sí, funda un periódico que titula al igual que la organización. La redacción y administración la domicilia en la Avenida de Eduardo Dato, 7, y el primer número, que está escrito en su totalidad por él y que publica el manifiesto fundacional, está fechado el 14 de marzo de 1931.

Así continúan durante el año 31, en el cual tiene varias entrevistas con Onésimo Redondo fundador, como se sabe, de «Juntas Castellanas de Actuación Hispánica», muy similar o, mejor dicho, coincidente en todo con su organización, por lo que en noviembre del referido año llegan al acuerdo de FUSIONAR ambas organizaciones creando «LAS JUNTAS OFENSIVAS NACIONAL-SINDICALISTAS (J. O. N. S.) ».

Ramiro, es para nosotros un ejemplo permanente de entrega exigente y de inconformismo —virtudes necesarias inexorablemente para aquel que tiene una pasión política— es también ejemplo de superación por alcanzar una formación sólida como hombre que se siente llamado a servir a la sociedad, para cambiar el orden vigente en España y, sobre todo, para darle una nueva mística. Fruto de esta circunstancia de su vida es su Concepción Sindicalista de cambiar de la sociedad y su postura exi­gente ante los intelectuales y la Universidad.

Notas:

(1) El título correcto del libro es: “¿Fascismo en España?” (nota de «El Archivo Ramiro Ledesma Ramos»)

Anónimo. Texto extraído de En Pie, Revista de Información General, año XXVII, núm. 285, Septiembre de 1969, p. 11 – 12



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