martes, 3 de febrero de 2015

PARA ENTENDER LA REPÚBLICA ÁRABE DE SIRIA

Por Antonio Moreno Ruiz

Hace años dije que renunciaba a entender dos cosas: La política árabe y el peronismo. Con todo, al final los avatares de la vida se imponen y uno tiene que dejar las cerrazones e intentar entender las cosas pero, por supuesto, intentando situarse en contextos que no son los de uno. La formación historiadora te aporta la capacidad de retrotraerte hacia mentalidades y fenómenos del pasado, a la par que te llena de capacidad analítica. No obstante, no sólo del pasado remoto vive el hombre, sino también de las cosas que pasan y dejan de pasar en el hervor de la contemporaneidad.

A pesar de los estereotipos que nos llegan de tirios y troyanos, y sobre todo en España, a través de la mala escuela creada por el ensayista Américo Castro y sus mediocres discípulos, no obstante, siempre me interesaron algunas cosas del mundo árabe, sobre todo, aquellas que no se cuentan en los grandes medios. Por ejemplo, que árabes son los descendientes de las más antiguas comunidades cristianas; lo cual comencé a pensarlo, muy fortuitamente, cuando en la universidad leí Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez. Bicheando sobre la emigración que hubo desde finales del XIX a principios del XX de árabes mayormente cristianos a Hispanoamérica empezó mi curiosidad, y a los años, pude conocer el Centro Internacional para el Estudio del Oriente Cristiano, una muy loable iniciativa del arzobispado de Granada que se encarga, entre otras cosas, de estudios y traducciones de autores eslavos y árabes. Gracias a los buenos amigos cristianos árabes que tengo, he podido ir aprendiendo muchas cosas. Y es que amén de ser un apasionado de la liturgia oriental (1), de esa sencillez y solemnidad que tanto hemos perdido en Occidente y que sin embargo nos retrotrae a nuestras raíces hispanogodas que mantuvieron los valerosos mozárabes, también me interesa mucho la política y la sociedad, o mejor dicho: La cultura y la tradición en general. Y si se mantiene en el mundo árabe esta cultura y tradición, aun con cuentagotas, es gracia a la perseverancia de estos hermanos en la fe, y es gracias a que hay algunos buenos gobernantes que los protegen. Y con lo que ha llovido, y con todas las falsas revueltas provocadas por mercenarios terroristas entrenados por el pseudo-imperio anglosionista, Bashar Al Assad, presidente de la República Árabe de Siria y cabeza visible del panarabismo, queda como centinela del Oriente y como esperanza máxima de ese 10% de población siria que profesa la fe cristiana. No olvidemos, asimismo, que en Egipto entre el 10 y el 15% de la población  también es cristiana. En Irak lo era el 3%, hasta la caída de Saddam (del mismo partido panarabista que Al Assad, pero con notables diferencias en cuanto a praxis e intereses). En Palestina, el 80% de la ciudad de Belén era cristiano, como lo es la aldea siria Maalula; entrambas poblaciones, bastiones de la Tierra Santa. ¡Ni el imperio otomano, que luego cometió los terribles genocidios contra armenios y asirios, ha supuesto tal barrido de cristianos como sí lo supone Israel! Porque es directamente proporcional la presencia del estado sionista con la desaparición de los cristianos nativos, desde que en los años 40 se creó esa entidad política pirática bajo las bases ideológicas nacionalistas/racistas de sionismo, alejadas en verdad hasta de corrientes religiosas judaicas, bajo la supervisión de la ONU y con la aceptación de Estados Unidos y la Unión Soviética, que no se olvide. El sionismo estatal no es un problema actual, viene de muy atrás. No por nada más de la mitad de la población de Jordania es de origen palestino. En el Líbano, tirios y troyanos utilizaron la situación de los múltiples exiliados para los más variopintos intereses, con lo que al final se saldó con un mayor poder sionista y con el resquebrajamiento de la que era la única república cristiana del mundo árabe, la también conocida como “Suiza de Oriente”, llamada por la naturaleza y la historia a tener buenas relaciones con Siria; aunque por desgracia, hablar de esto hoy parezca quimérico y suscite la más encendidas discusiones. Por desgracia, no pocos cristianos libaneses acabaron cayendo en enormes trampas, que a la larga, ha supuesto su división e incomprensión; aunque ¿qué se les puede reprochar realmente? La situación fue tan terrible como rápida, y ya se sabe que a río revuelto, ganancia de pescadores. Y la bandera de estos pescadores es la estrella de David…

Y es que confirmamos: Las continuas injerencias y agresiones del estado de Israel, junto a su brazo tecnológico y ejecutor angloamericano, culminan en el entrenamiento y la financiación de toda suerte de grupos terroristas que corren al alimón de una franquicia que llaman Al Qaeda, quizá pronto tan extendida como McDonalds. Ahora hablan del Estado Islámico de Irak y del Levante, de califatos restaurados y cosas similares. Curiosamente, grupos terroristas que nunca atacan a Israel y que lo primero que hacen es arrasar barrios cristianos, y que van a rematar a Irak y a inmiscuirse en Siria, la única nación que no ha podido ser manipulada/derribada, la única nación que protege a sus ciudadanos cristianos y defiende la causa palestina. Y no olvidemos que la nación siria sigue estando invadida por Israel en los Altos del Golán.

Empero, si hay un error en el que han incurrido gobernantes del mundo árabe, en especial (y muy dramáticamente) Saddam Hussein y Muammar Gadafi, es creer que pueden negociar con el Occidente liberal y acabar siendo tratados por igual. Creo que Al Assad por un momento también lo pensó, al igual que en su día lo pensó Franco. Y es que claro, vivir “no alineado” es vivir aislado, y el mundo político se ha ido globalizando a marchas forzadas, y al final la tentación es mucha, y más la España que lo había pasado tan mal en la postguerra con un embargo brutal (que Perón fue de los pocos en no suscribir), y con lo que costó levantar el país, por una generación sin duda muy superior en todo a las generaciones españolas actuales… Sin embargo, a Franco le hicieron pagar muy caro su negativa a entrar en la OTAN, a reconocer al estado sionista y a intentar un “gaullismo a la española”, si se quiere. Eso le salió más caro que ser ayudado por italianos y alemanes en la Guerra Civil. Aunque el régimen franquista estaba carcomido por dentro desde que surgió, al final quiso tener una orientación política más o menos independiente, e incluso que España tuviera el arma nuclear, si eso era posible. No se quería entrar en la OTAN, y si no salían bien las negociaciones con la Comunidad Económica Europea, se buscarían mercados en el Este, siguiendo acaso el modelo del egipcio Nasser. La visita de Henry Kissinger confirmó estas sospechas y la CIA dio el empujón para que ETA cometiera el atentado contra Carrero Blanco, el presidente que iba a llevar a cabo esta directriz política; directriz que ellos creían que acaso a posteriori dirigiría Juan Carlos, el que hace poco acaba de ¿abdicar? En fin: La venganza anglosionista se sirve muy fría, aunque cada vez sean más previsibles. Las terribles guerras provocadas en Irak y Libia, así como toda suerte de conflictos prolongados desde Túnez a Siria (pasando por Egipto), no sin excluir Afganistán, más al Oriente, forman parte de toda una maquinaria belicista al servicio de intereses geoestratégicos muy concretos, que no son otros que las insaciables ansias unipolares que van de Tel Aviv a Washington. Aun así, no puede uno sino descubrir ante la sagacidad e inteligencia de un Gadafi que durante tantos años se mantuvo a flote ante poderosísimos enemigos, y que consiguió un nivel de prosperidad y estabilidad para su pueblo como no se ha conocido en todo el África postcolonial. Basta recordar que Libia era el único país del Magreb que no forzaba a su gente a emigrar, sino que al contrario, acogía inmigración y empresas extranjeras a tutiplén. Ahora, sin embargo, muchos negros que o bien son libios o bien radican en Libia, por el hecho de ser de su raza, son masacrados por mor de ser sospechosos de cristianos o gadafistas, o las dos cosas, mientras el Occidente liberal no sólo calla, que por supuesto, sino que interviene directamente en esta vergüenza, apoyando al gobierno usurpador. Una de las muchas secuelas colaterales en un país de tradición tribal-beduina al que quieren organizar como oligarquía de división partidista al estilo europeo o norteamericano… Modelo que creen infalible y exportable por la fuerza a todo el mundo.

En Siria no hay ninguna guerra civil. A Siria le han montado una guerra sucia desde fuera, a base de mercenarios chechenos, sauditas, magrebíes, negros y conversos europeos; empujados todos, amén de por los anglosionistas, por sus máximos aliados: Los jeques petroleros wahabitas, deseosos del poder absoluto y aprovechadores de los roces entre suníes y shiítas dentro del mundo islámico para imponer su versión puritana y cínica del islam, siendo aberrante tanto la teoría como la práctica, y muy minoritaria en el conjunto de la umma. Así las cosas, no olvidemos que los saudíes expulsaron a los cristianos de su país, y al igual que los cristianos egipcios, libaneses, sirios, irakíes y palestinos, eran descendientes directos de los primeros creyentes.

Empero, ¿por qué no se ha desmantelado la República Árabe de Siria? ¿Por qué, al contrario de lo que pasó fugazmente en Túnez y dolorosamente en Libia, y también después del particular caso egipcio y del anterior ejemplo irakí, sin embargo Siria no se ha resquebrajado social y políticamente? ¿Por qué, asimismo, aun teniendo los mercenarios la guerra perdida ante un ejército potente y un pueblo unido, Estados Unidos e Israel insisten, al igual que por otra parte, insisten en enfrentar a Kiev y Moscú, como insistieron en desmembrar a Kosovo de Serbia? Porque no lo olvidemos: En esta locura de política globalizada, todo se “deslocaliza”, pero al final, atando cabos, llegamos a la madre del cordero a través de un gran corredor eurasiático y mediterráneo. Y Siria sigue resistiendo con un orgullo ejemplar. Porque, aunque los yanquis sigan sin saberlo, los sirios son un pueblo tremendamente orgulloso, y con razón, pues no en vano de allí es la cuna de las civilizaciones. A los sirios no le importará comer sólo papas y cebollas si se tercia, pero jamás van a doblar la cerviz y mucho menos ante tan grotescos invasores extranjeros. En Siria había ciertos sectores que estaban molestos con Al Assad pero, no sin algún trauma causado por manifestaciones que acabaron como el rosario de la aurora, supo recular y hacer reformas; por lo que la invasión comandada por los anglosionistas lo que ha provocado es que tanto el pueblo como el ejército cierren filas en torno a su legítimo y popular presidente. El desconocimiento de la psicología del pueblo sirio, un pueblo muy diverso religiosamente (musulmanes y cristianos de varias ramas, drusos…), con mucha gente preparada a nivel estudioso y técnico, con una clase media muy trabajadora y emprendedora, y con un instinto comerciante innato, están siendo bazas primordiales en contra de las enemigas abyecciones. La proyección de sirios y libaneses en la América Hispana, ya a través de sus descendientes, es una buena muestra del valor de este pueblo. Y centrándonos en Siria, hay que saber que desde Damasco, se tiene una forma de gobernar que nos recuerda a cómo se fue articulando el peronismo argentino, aunque el general Perón se apoyó más en agentes sociales que en partidos propiamente dichos. Si bien el Baaz, esto es, el Partido del Renacimiento Árabe Socialista (2) es mayoritario, no gobierna solo, pues se apoya en el llamado Frente Nacional Progresista (3), una coalición de partidos donde se integran hasta comunistas, nacionalistas y el Partido Social Nacionalista Sirio. Es una república presidencialista pero que en la práctica funciona como una regencia o monarquía militar, con una continuidad y apoyo en las distintas familias políticas que comulgan con la grandeza de la patria siria y la unión de los pueblos arábigos. De izquierdismo tiene mucha retórica, pero en la práctica no lo parece demasiado, pero claro, aquí entraríamos con que seguimos unos estereotipos ideológicos totalmente desfasados, y que desde luego, no sirven para muchas partes de este complejo mundo (4).

Otrosí, comprendamos de una vez por todas que no todo el mundo ha de gobernarse según los preceptos partidistas de la Revolución, ya sea la Norteamericana o la Francesa. Entrambas han generado ríos y ríos de sangre, por lo que no están para dar muchas lecciones. Y no estamos en el siglo XVIII, ya ha llovido bastante. Las pretenciosidad del lenguaje “ilustrado” no da mucho más de sí, en verdad. Su falta de ciencia política ha sido tan garrafal como el marxismo, y se ha quedado anclado en ese pasado. Hay que tener un sentido más amplio de la complejidad de la historia, y estudiar las diferentes idiosincrasias que pululan por un mundo que es complicado desde siempre.

Recuerdo que una vez, el actor egipcio Omar Sharif, dijo algo que me hizo meditar: La “democracia” no es para los árabes. No creo que haya que interpretar bajo una mentalidad occidental relativista esta revelación. Isabel Pisano, la que fue dizque amante de Yasser Arafat QEPD, decía lo mismo para con los árabes y la “democracia”. Con esto ni justifico ni dejo de justificar, sino que la misma palabra “democracia” tan manoseada en la teoría y en la práctica, no puede ser una especie de sinónimo de verdad absoluta o religión civil global con el que estemos señalando con el dedo o buscando paraísos en la tierra. En España, por ejemplo, tenemos un Estado que financia partidos, sindicatos y empresarios, con unas listas cerradas impuestas por los partidos y con un sistema electoral engañoso, que no refleja los reales votos, sino que se rige por “proporciones”, lo cual siempre beneficia a oligarquías minoritarias… No podíamos tener menos representatividad real. ¿Han pensado, entonces, en convertirnos en el eje del mal? ¿A nosotros y a todos los países europeos que se rigen por esta engañifa? Y es que asimismo, tampoco parece que corra mucha prisa por implantar la “democracia” en Arabia Saudita o en China… Para todo hay selectividades, supongo…

Con respecto a la República Árabe de Siria y el Baaz, se suele decir que estamos ante un estado laico, pero en puridad, no hay tal, es decir: No como se entiende en el Occidente progre. No es que todos los árabes sean fundamentalistas; es más, no es que todos los árabes sean fieles cumplidores de sus respectivos preceptos religiosos y podremos ver no pocos postureos e incongruencias, pero por ejemplo, si bien el presidente de Siria tiene que ser musulmán, en el Líbano las distintas representaciones se reparten entre confesiones. No dejan de ser estados confesionales (como lo siguen siendo, por cierto, Malta, Grecia o el imperio británico) pero sí muy respetuosos, sobre todo con las minorías cristianas.

Y no es lo mismo ser cristiano y convertirse al islam que ser islámico y convertirse al cristianismo, porque esto último se castiga con la muerte según la ley islámica, por muy “laico” que se diga el país de turno; cosa que en la práctica no es tanto, como decimos.

En fin, con todos sus fallos, es gracias a estas desarrolladas características que la República Árabe de Siria haya sido el gobierno más estable de la zona, hasta que llegaron los terroristas mandados por Yanquisrael y los wahabitas. La guerra sucia está perdida y ellos lo saben, y aun así, no dejan de entrenar y enviar terroristas. Pero siempre no se puede ganar. Si algo demostró el Vietnam, es que el sistema no es infalible. Nadie lo es. En todo caso, ¿quién como Dios? Y ojalá Él confirme la victoria para Al Assad, y que de este gran sufrimiento, los cristianos árabe salgan fortalecidos, renacidos como una gran familia que nos recuerde a los hijos de la Cristiandad de dónde venimos y hacia dónde deberíamos ir.

No estamos diciendo que la República Árabe de Siria sea un paraíso en la tierra. Estamos intentando analizar objetivamente, aunque reconocemos nuestras simpatías y hasta adhesiones, porque estamos con la justicia, y estamos con quien pelea y resiste. Nos gustaría ver a muchos señoritos occidentales ante este papelón, a ver cuánto hubieran durado junto a su pueblo… En fin: En Siria, con sus virtudes y sus defectos, tenemos una bandera de orgullo y dignidad (5), un ejemplo ferviente, y más ante los que venimos de sociedades que bailan en la cubierta del Titanic. No nos fiemos de quienes denigren a las personas y más con epítetos de “atrasados”. Ya vimos qué fueron las ansias “desarrollistas” en España. No más estafas con palabrerías. Apoyemos lo real, lo bueno y verdadero. Y como dijo en el Perú el general Odría, años ha: “Hechos, no palabras”. Y los hechos le dan la razón a Siria, y los cristianos están con Al Assad; así que adelante.  

Notas
 
(1)Para muestra un botón: http://spaniamyb.blogspot.com/
(2)Véase, a modo introductorio :
(3) Véase, también a modo introductorio:
(4) Algo que se trató en el artículo:


Extraído de Revista La Razón Histórica

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